RESÚMENES

Nefropatía diabética y control glucémico

Fisiopatología de la nefropatía diabética y objetivos glucémicos en los pacientes con filtración glomerular baja

Presentado por:
Bernard Zinman, CM, MD, FRCP, FACP
Lunenfeld-Tanenbaum Research Institute, Mount Sinai Hospital,
University of Toronto, Toronto, Canada

La nefropatía diabética (ND) es la causa más habitual de insuficiencia renal terminal (IRT) y tiene altos índices de morbilidad y mortalidad. El curso natural de la ND es modificable y se ha conseguido ir reduciendo el número de personas afectadas por la IRT. Aun así, queda mucho por hacer1. La patogenia de la ND se ha estudiado en profundidad y se sabe que implica varias vías: metabólicas, hemodinámicas e inflamatorias. Todas ellas intervienen en ocasiones en las vías de transducción de las señales celulares, en los factores de transcripción y, por último, en los cambios renales y estructurales, incluida la aparición de lesiones patológicas compatibles con la ND2,3. La hipertensión glomerular y la hiperfiltración por nefrona parecen ser las principales responsables de la progresión de la ND, que se hace patente en los cambios de la filtración glomerular (FG) en la insuficiencia renal crónica (IRC) de fases 3 y 44.

Los resultados del estudio DCCT fueron esenciales puesto que aportaron información sobre los beneficios del control glucémico y de la prevención primaria de la nefropatía, con una disminución del riesgo de micro y macroalbuminuria. Al revisar los criterios de valoración principal y secundarios relativos a la FG en el DCCT y EDIC en pacientes con diabetes de tipo 1 en 2011, los pacientes sometidos a tratamiento intensivo siguieron beneficiándose de los efectos sobre los niveles de FGe, además de ver reducido el número de muertes5,6. Resulta curioso que durante el seguimiento a largo plazo de los grupos que recibieron tratamiento convencional y tratamiento intensivo, los del primer grupo presentaran un mayor riesgo de micro y macroalbuminuria hasta casi 10 años después, pese a mantener el control glucémico a niveles similares a los del grupo intensivo7 . Lo mismo es extensible a las complicaciones cardiovasculares y oftalmológicas7. Resulta irónico que solo los pacientes que evolucionaron a macroalbuminuria mostraran una reducción de la FG estimada con el tiempo, lo cual sugiere que algunos casos de microalbuminuria podrían ser benignos8.

El estudio ADVANCE se centró en diabetes de tipo 2 y contó con más de 11 000 pacientes aleatorizados a tratamiento intensivo (HbA1c del 6,5 %) o convencional según las directrices locales. La variable de desenlace primaria consistió en muerte por enfermedad cardiovascular, infarto de miocardio no mortal y evento cerebrovascular (EVC) no mortal. Si bien no se observaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las complicaciones cardíacas graves (CCG) o muerte, el grupo de tratamiento intensivo mostró significación estadística en relación con los episodios de hipoglucemia (más episodios respecto al tratamiento convencional) y menos casos nuevos de nefropatía o de empeoramiento de la misma9. No resulta sorprendente que los pacientes del grupo convencional tuvieran más probabilidades de sufrir IRT que los del grupo intensivo (HR = 0,35, p = 0,01)10.

Cuando empeora la insuficiencia renal, puede aparecer anemia. Los eritrocitos tienen un tiempo de vida más breve y cada vez son más jóvenes, lo que puede conllevar a la disminución de la HBA1c con el mismo nivel medio de glucosa11. Este problema se ve agravado por el uso de la eritropoyetina y del hierro11.La anemia no afecta los resultados de la albúmina glucosilada y su relación con el control glucémico no se ve alterada por la FG reducida11. Sin embargo, la proteinuria grave propia del síndrome nefrótico acorta el tiempo de exposición de la albúmina a la glucosa y causa una disminución de la albúmina glucosilada con el mismo nivel de glucosa11.

El sistema de monitorización continua de la glucosa (MCG) es una elección adecuada e importante para evaluar la glucemia independientemente de la HbA1c y debe tenerse muy en cuenta dada su eficacia.

Existen estudios observacionales que demuestran cierta consistencia de que un descenso de la HbA1c puede mejorar los desenlaces renales, pero debido a la naturaleza observacional, se precisan más pruebas12-14. No obstante, conviene recordar que el médico trata al paciente como un todo, no solo al riñón, por lo que el control glucémico repercutirá positivamente en la calidad de vida, en la progresión de la retinopatía y en la neuropatía. El objetivo radica en lograr el mejor control posible de la HbA1c sin un aumento excesivo en el riesgo de hipoglucemia.

Mensajes clave

  • La nefropatía diabética es la causa más habitual de insuficiencia renal terminal y tiene altos índices de morbilidad y mortalidad.
  • Los datos obtenidos a partir del seguimiento de los estudios DCCT y EDIC demuestran beneficios a largo plazo del control glucémico intensivo, como son la reducción de micro y macroalbuminuria, de la nefropatía y del número de muertes, aún después de que el control glucémico se haya relajado hasta equipararse con los niveles del grupo de tratamiento convencional.
  • Los datos recabados en el seguimiento del estudio ADVANCE evidenciaron descensos en el número de casos de nefropatía de nueva aparición o de agravamiento de la misma en los pacientes sometidos al control glucémico intensivo.
  • Los niveles de HbA1c y de albúmina glucosilada parecen disminuir engañosamente en los pacientes con nefropatía diabética.


REFERENCIAS

Declaraciones de los ponentes: El ponente declara ser asesor y haber percibido honorarios de Astra Zeneca, Abbott, Boehringer Ingelheim, Eli Lilly, Janssen, Merck, Novo Nordisk y Sanofi. También ha recibido ayuda económica de Boehringer Ingelheim y Novo Nordisk.

Escrito por: Debbie Anderson, PhD

Revisado por: Marco Gallo, MD


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