La microbiota natural del intestino es un componente esencial para la salud de este órgano. Los cambios o las alteraciones de la microbiota intestinal, es decir, la disbiosis, pueden provocar numerosas afecciones, tales como enteropatía inflamatoria, síndrome de intestino irritable, cáncer de colon, obesidad, diabetes, depresión, ansiedad, autismo o anorexia nerviosa. Numerosos factores pueden influir en ella, como los antibióticos, probióticos, prebióticos, simbióticos, xenobióticos, el alcohol, la genética o el estado de ánimo.
Bäckhed et al. llevaron a cabo un estudio para conocer mejor el papel de la microbiota intestinal en la obesidad y con ese fin se colonizó el intestino de ratones axénicos con materia fecal procedente de ratones alimentados con una dieta normal y con una dieta de estilo occidental1. Después de dar a cada grupo la misma cantidad de comida, los ratones con microbiota propia de la dieta occidental desarrollaron más obesidad que los alimentados con la dieta normal1. Este hallazgo se replicó en muestras fecales de mellizos discordantes para la obesidad. Los ratones colonizados con la microbiota sana no aumentaron el tejido adiposo mientras que los colonizados con la microbiota obesa si lo aumentaron2. Esto sugiere que el fenotipo de la adiposidad aumentada puede transmitirse a través de los microbios entéricos.
Los ratones axénicos responden de forma más acusada al estrés. En un estudio en que los investigadores colonizaron ratones axénicos con microbiota libre de patógenos específicos (SPF), con Bifidobacterium infantis, o con Escherichia coli patógena, el impacto del estrés se vio afectado. Los ratones criados con SPF y B. infantis experimentaron un impacto menor ante el estrés, mientras que el grupo colonizado con la Escherichia coli patógena presentó más estrés3. Un hallazgo interesante está relacionado con la edad del ratón, puesto que el cambio se podía materializar al comienzo de la vida de los ratones SPF, pero no después.3
La anorexia nerviosa es un trastorno psiquiátrico grave que se caracteriza por la percepción extremadamente distorsionada del peso y por altos grados de ansiedad. Afecta tanto a hombres como a mujeres (en Estados Unidos, 0,3 % y 0,9 %, respectivamente). Además, es la enfermedad psiquiátrica con la tasa de mortalidad más alta y las recaídas son frecuentes. Tanto la percepción distorsionada del peso como el trastorno del comportamiento (estrés o ansiedad) son rasgos dominantes de la misma y se cree que ambos están afectados por la microbiota intestinal4. Se realizó un estudio preliminar con pacientes anoréxicos para analizar los efectos de la alimentación4. Se tomaron muestras fecales de sujetos con las características siguientes: 1) pacientes con AN con <75 % de su peso ideal; 2) esos mismos pacientes tras ser alimentados durante 4 semanas hasta alcanzar > 85 % del peso ideal; y 3) testigos sanos5. Los integrantes del primer y del segundo grupo (los mismos en momentos distintos) vieron disminuida la diversidad de la microbiota intestinal con respecto a los testigos sanos (p <0,02), pero sin alcanzar la diferencia estadística significativa en el primer y en el segundo momento5. Se trata de un resultado interesante puesto que muchas enfermedades suelen mostrar una microbiota menos diversa. A estos pacientes con AN también se les pidió que contestaran al Inventario de Ansiedad de Beck y al Inventario de Depresión de Beck y ambos resultaron estadísticamente significativos en relación con la diversidad de la microbiota: cuanto más intensa era la depresión o la ansiedad, más reducida era la diversidad de la microbiota6.
El trasplante fecal de microbiota, también conocido como tratamiento de reposición del microbioma, se utiliza en la infección por Clostridium difficile7. Asimismo, se ha intentado tratar el síndrome metabólico y la colitis ulcerosa, con diversos grados de éxito8,9.
Declaraciones de los ponentes: El ponente declara ser asesor de Vivelix y haberlo sido de Salix pharmaceuticals.
Escrito por: Debbie Anderson, PhD
Revisado por: Marco Gallo, MD