Existen numerosas complicaciones, comorbilidades y causas de muerte que se asocian con la diabetes tipo 1. Si bien el control intensivo de la glucemia reduce el riesgo de muerte, los diabéticos los pacientes con diabetes tipo 1 tienen una esperanza de vida de 8 a 13 años más corta que la población general. Además, lograr el objetivo de HbA1c <7 % no suprime el riesgo. Por último, en esta población las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad1,2. Aún quedan incógnitas sobre si un tratamiento más agresivo, más centrado en la prevención secundaria, cosecharía mejores resultados3. Es hora de centrarse en otros aspectos además de en la HbA1c, como son el uso los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona [iSRAA] contra la hipertensión, el de los inhibidores del SGLT1 y SGLT2 contra la nefropatía, o el de las estatinas y la metformina contra la dislipidemia, a fin de determinar el efecto del tratamiento en tales pacientes3.
En el Heart Protection Study, un ensayo con casi 6 000 pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2, los pacientes recibieron simvastatina o placebo4. Se revisaron los datos de los participantes en función del tipo de diabetes y se observaron escasos beneficios en la reducción del primer episodio vascular (episodio coronario importante, enfermedad cerebro vascular o revascularización) en los pacientes con diabetes tipo 1 con respecto a los tipo 24. Un metanálisis de 26 ensayos (170 000 participantes) en que los pacientes con diabetes tipo 1 no mostraron una reducción tan significativa de las enfermedades cardiovasculares (ECV) ni del colesterol LDL como los pacientes con diabetes tipo 2 con la toma de estatinas, arrojó resultados similares5. En una revisión del índice de propensión del Registro Nacional Sueco de Diabetes (n = 4 025), el tratamiento con estatinas no ejerció ningún efecto sobre las ECV ni sobre la tasa de muerte en pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 26. Los inhibidores de la ECA también han mostrado un efecto mínimo en los pacientes con diabetes tipo 17.
Un estudio que utilizó iSRAA en pacientes con diabetes tipo 1 no se consiguió demostrar una ventaja estadísticamente significativa del uso de este tipo de fármacos en comparación con el placebo en el volumen fraccionario mesangial ni en el volumen fraccionario de la matriz mesangial8. Hubo un aumento de la microalbuminuria con el uso del losartán y cambios mínimos (no significativos) con placebo y enalapril8. Los valores de filtración glomerular se mantuvieron uniformes en los tres grupos8. En conjunto, los resultados de este estudio indican que el bloqueo temprano del sistema renina-angiotensina en los pacientes con diabetes tipo 1 no frena la progresión de la nefropatía8.
Los pacientes con diabetes tipo 1 pueden presentar mayor resistencia a la insulina que los pacientes con diabetes tipo 29. Al revisar el ensayo REMOVAL en pacientes con diabetes tipo 1 tratados con metformina, no se observó ninguna diferencia estadísticamente significativa en el grosor de la íntima-media carotídea (GIMC) entre los receptores de la metformina y del placebo10. Ahora bien, sí se observó una reducción significativa en un criterio terciario de valoración, el GIMC máximo, en los pacientes que recibieron metformina comparación respecto a los del grupo placebo10. Al determinar los niveles de HbA1c en las visitas de los pacientes con diabetes tipo 1 que sufrían sobrepeso u obesidad y que recibían metformina + insulina, la metformina influyó en la dosis diaria total de insulina, la masa grasa y el índice de masa corporal. No se apreció ningún efecto sobre la presión arterial sistólica y diastólica ni sobre los valores de lípidos11. El estudio EMERALD demostró que la metformina mejora la sensibilidad a la insulina en pacientes con diabetes tipo 1 y con sobrepeso u obesidad tanto por kilogramo como por masa libre de grasa12. Los resultados también respaldaron el uso de metformina en relación con la disfunción endotelial, determinada por la tensión máxima de cizallamiento en la pared de la aorta ascendente, y con la rigidez arteriolar central, determinada por la velocidad de la onda de pulso en la aorta ascendente12.
El ensayo ATIRMA analizó los inhibidores del SGLT2 en pacientes con diabetes tipo 113. En un ensayo abierto de 8 semanas, aparentemente la empagliflozina redujo la hiperfiltración, común en las primeras etapas de la nefropatía diabética13. Un estudio más reciente en 1 402 pacientes que comparó la sotagliflozina, un inhibidor del SGLT1 y del SGLT2, con un placebo demostró beneficiosa la hora de reducir la presión arterial sistólica, aunque aumentó el riesgo de cetoacidosis diabética14.
Declaraciones de los ponentes: El ponente declara haber sido asesor de Boehringer Ingelheim y haber participado en una comisión asesora para Horizon Pharma.
Escrito por: Debbie Anderson, PhD
Revisado por: Marco Gallo, MD